Los sensores colocados a las reses informarán de suposición, actividad o temperatura.
BENASQUE. El uso de drones para la ganadería extensiva es ya una realidad. El proyecto Ixorigué, después de varios meses de ajustes bajo techo, con un trabajo de diseño de componentes y de control de los parámetros informáticos, comenzará sus pruebas al aire libre en unos días aprovechando la subida de los ganados del valle de Benasque a sus pastos de verano el próximo mes de junio.
En él colaboran la Comunidad de Propietarios del Monte de Estós, en la Alta Ribagorza, la Escuela de Negocios del Pirineo (Esnepi) y la firma de ingeniería especializada Hemav de Barcelona.
Su cofundador y director de Innovación, Carlos Ferraz, que procede de la comarca y se crió entre ganaderos, es el alma máter de este innovador proyecto de control y apoyo al pastoreo trashumante que abre las puertas en España a la utilización de drones en este sector, donde según los expertos tiene un enorme potencial de crecimiento.
La iniciativa Drones para Ganadería Extensiva de Alta Montaña, rebautizada con el nombre de Ixorigué Project (palabra que en el vernáculo patués denomina al cernícalo, ave que controla desde lo alto amplias extensiones de terreno)
en el vernáculo patués denomina al cernícalo, ave que controla desde lo alto amplias extensiones de terreno), afronta en las próximas
jornadas una auténtica prueba de fuego. El ingeniero aeronáutico grausino Carlos Ferraz, uno de los responsables de la empresa Hemav, criado entre ganaderos, señala que en los meses invernales se ha trabajado especialmente en el diseño de los sensores con los que recopilar la información sobre el estado de las reses.
Además, se ha completado la primera fase de formación de los cuatro ganaderos elegidos para monitorizar este verano el vuelo de los drones y que, realizadas ya las primeras experiencias con animales, este mes de junio se colocarán los dispositivos en varias decenas de vacas y toros para empezar a controlar distintos parámetros y ajustar definitivamente los programas. En julio habrá un evento divulgativo dirigido al sector y abierto al público en general para mostrar las primeras conclusiones.
Los drones monitorizarán el área donde se encuentra el rebaño en tiempo real y se conectarán con los sensores portados por los animales recogiendo distintos datos como su identificación, ubicación, actividad y recorridos, y también el estado de los pastos o la temperatura de las reses que es un aspecto «crítico» en momentos como los del parto. Estos datos se remiten a ‘la nube’,
donde se almacenan los resultados, se procesa la información, se generan las alertas y se crea la cartografía de la situación de los animales. Se rebota a los pastores y demás usuarios del programa, quienes por medio de una aplicación web pueden ver la información en el aparato receptor, recibir alertas y disfrutar de un panel de control de la información pudiendo así actuar en consecuencia.
La iniciativa está financiada por la consejería de Desarrollo Rural y por el fondo europeo Feder.
«Nos han comentado que se trata del proyecto estrella en innovación
del ejecutivo autonómico », apunta el presidente de Esnepi, Aurelio García. Numerosos países ya se han interesado por él.
Como promotores, son conscientes de que esta tecnología ha llegado
para quedarse definitivamente y que si se sabe darle un buen uso puede convertirse en una herramienta impagable. «Los drones vienen a facilitar el trabajo de los pastores, nunca a sustituirlos», sostiene García, recalcando las oportunidades de generación de empleo complementario en la vertiente tecnológica.
Un referente internacional
Esnepi está estudiando los campos de potenciación empresarial y de generación de riqueza que se le abren al valle de Benasque con el desarrollo de esta tecnología, que puede convertir a este territorio en un referente internacional en el manejo y control de la ganadería extensiva.
En este sentido, las tres entidades promotoras tienen un compromiso
de radicar en la localidad pirenaica el centro de datos para este proyecto y el uso de su tecnología, que podría también utilizarse en el futuro en otras aplicaciones como la prevención de aludes, los rescates de montaña o el uso recreativo de los drones. Aurelio García reconoce que, dentro de una necesidad «imperiosa» de diversificar la economía en la montaña más allá del turismo y la ganadería, «la tecnología puede y debe ser una oportunidad».
ÁNGEL GAYÚBAR